viernes, 3 de enero de 2014

Bea en La Página del pie

Leer en el sitio

Dicen que un instante puede cambiarnos la vida, que un encuentro al que no damos importancia puede convertirse en el suceso que marque toda nuestra existencia. Al igual que nos puede marcar un libro, como ha sido Donde siempre es otoño.

            La pluma de Ángeles Ibirika me ha cautivado. El estilo de esta escritora es directa, con miles de matices y especialmente elegante. Una pluma preciosa y cautivadora que hará que te sientas como otro personaje de la historia en la que estás sumergida.

            Algo que me prendió desde el principio fue su hermosa portada. Una acertada y preciosa fotografía que sin lugar a dudas nos adentra al paraíso que es el otoño y todos los sentimientos que nos hace tener ese paisaje de hojas de variopintos colores.

            Donde siempre es otoño tiene capítulos cortitos en los que además están acompañados de una pequeña frase, una pista de lo que nos depara en su lectura. Su lectura es amena y más que rápida, cuando quieres darte cuenta has devorado sus páginas.

            Una de las cosas que sin duda ha hecho a este libro especial, es que la autora ha elegido a Ian, nuestro protagonista masculino, para poder enfocar la historia que quiere contar. Aunque la narración es en tercera persona, se le da más importancia a los sentimientos de Ian, y en una novela romántica es algo inusual.

            En Donde siempre es otoño amas, odias, sufres, al igual que lo hacen nuestros protagonistas. Llegas a involucrarte tanto en la historia que incluso parece que estás viendo los paisajes de Crystal Lake y disfrutas de los colores que nos ofrece el otoño.

            Ha sido un privilegio, un gran regalo el haber leído esta novela tan preciosa. Un libro con magia propia. Sé que sin duda Donde siempre es otoño será una novela que permanecerá por mucho tiempo en mi memoria y que leeré más novelas de esta autora.

            Me despido con una frase del libro que me encantó. Pero yo me pregunto… ¿Y qué no me ha gustado de este libro? Es un libro precioso y perfecto donde no debemos olvidar que cada segundo que respiramos es un tesoro que la mayor parte del tiempo no sabemos apreciar.


Puntuación 

jueves, 3 de enero de 2013

Anuca en Tejiendo ideas cosiendo palabras

Leer opinión original

Me animé a leer este libro empujada por un Club de Lectura. Sólo tenía un fin de semana de por medio hasta el día en el que todos los participantes comenzarían a compartir sus comentarios acerca de esta labor de Ángeles Ibirika y, sinceramente, aunque me gusta tener leída la novela al completo antes de participar en este tipo de encuentros, no las tenía todas conmigo.

Pero, ¡cómo me equivocaba! Mi fin de semana estival se tiñó de colores de otoño y, sin poder dejar de pasar páginas, disfruté de mi particular viaje al pacífico Crystal Lake y al agitado Manhattan.

Nunca he sido muy dada a abrigarme con novelas románticas, pero he de decir que el descubrimiento de determinadas agujas están convirtiendo esas prendas en parte de mi fondo de armario. De Ángeles me han encantado tanto sus bordados como su cercanía. A pesar de la virtualidad de nuestro encuentro, hay sensaciones que se escapan a la distancia y he disfrutado muchísimo intercambiando opiniones con ella y con el resto de participantes del Club.

 Donde siempre es otoño combina un sinfín de madejas: amor, traición, engaño, frivolidad, compromiso, lealtad, pérdida, ambición, solidaridad… Sí, lo sé, muchos de estos colores parecen imposibles de combinar entre sí, pero… combinan.

Ian, su protagonista, despertó en mí sentimientos encontrados: mi relación con él ha sido un continuo entre la seducción y las incontenibles ganas de abofetearlo. Elisabeth, me intrigó desde el principio, ¿¿qué podía esconder?? Se me pasaron por la cabeza miles de posibilidades y, he de decir, que el impresionante comienzo de la novela fue la mecha que puso en combustión mi hoguera de coyunturas.

Pero, si algo me ha gustado del libro es la relación entre Edgar y Jennifer. Son personajes secundarios pero… me ha enternecido la amistad inquebrantable que representan (incondicionales de sus amigos, siempre estarán ahí preocupándose y ofreciendo un hombro en el que llorar) y además, me han hecho reflexionar acerca de aspectos de las relaciones de pareja que no voy a desvelar porque os animo a descubrirlos por vosotros mismos.

 ¿¿Es la infidelidad tan mala cómo se pinta?? ¿¿Podrías llegar a perdonarla?? ¿¿Cómo vivimos hombres y mujeres el amor?? ¿¿Se puede amar sin estar enamorado?? ¿¿Renunciarías a todo por la felicidad de la persona que quieres, incluso a tenerla a tu lado?? ¿¿Todo vale en la política y en el periodismo?? ¿¿Puede un instante cambiar por completo tu vida y la forma de verla??

Todos ellos interrogantes que hemos comentado en el club y que sin duda se corresponden con puntos que Ángeles Ibirika ha tejido en Donde siempre es otoño. ¿¿Te atraen?? Pues anímate a vestirte esta prenda por unos días.


RETALES

«Aún tuvo fuerzas para gritar al sentir que le rompían los dedos de la mano derecha. No podía moverse. Ni siquiera para hacerse un ovillo y proteger su magullado cuerpo por si aún no se habían cansado de golpearlo. Derrumbado en el suelo de la Rivera Verde del río Hudson, mientras el aire no le alcanzaba los pulmones, sólo podía pensar en ella y en que, si ese era el precio por haberla tenido, una y mil veces que volviera a nacer, una y mil veces se ofrecería a esa tortura por volver a tenerla. El dolor físico no importaba. Era peor el del alma, el que le provocaba saber que ella lo quería apaleado, roto por fuera y por dentro, hundido; y tal vez hasta lo quería muerto. Y en esa cruel agonía encontró su único y desgarrador consuelo. La complacería. Moriría por complacerla una última vez»

«Retrocedió silencioso para no herirla de esa forma irreparable que ella parecía temer. Él ya estaba herido. Herido en su dignidad, en su orgullo. Herido de impotencia y frustración. Herido no sabía bien de qué, ya que una mujer era siempre una mujer, una noche era siempre una noche»

«Siempre se le había dado condenadamente bien satisfacer a mujeres hermosas sin que para ello necesitara entenderlas»

« - ¿Puede una mariposa nocturna alejarse de la luz que será su perdición? ¿Deja de acercarse de nuevo, cada vez que retrocede un instante al notar que se abrasa?
- Tú tienes más cerebro que uno de esos insectos.
- Y también más necesidad de ella que el insecto de la luz»

«Si pudiera... Ni en un arranque de locura lo conseguiría. Porque las palabras que han permanecido calladas en el corazón pierden fuerza, y hasta sentido, cuando se liberan a través de los labios»

«Ya da igual lo que fui en ti, pues he entendido que lo único importante ha sido siempre lo que tú eres en mí» «Al final, hasta los remordimientos se acostumbran a las mentiras»

DONDE SIEMPRE ES OTOÑO Ángeles Ibirika

lunes, 22 de octubre de 2012

Elena en La estación de las letras


Elena en La estación de las letras




OPINIÓN PERSONAL

¿Alguna vez has sentido que se te desgarra el alma leyendo una historia de amor? ¿Si? tal vez, ¿no?

Yo sin duda alguna después de leer “Donde Siempre es Otoño” de Ángeles Ibirika, Si…

No me va a resultar fácil describir con palabras todas las emociones y sentimientos que he sentido,

“Donde Siempre es Otoño” ha sido la primera novela que leo de la autora y no será la última.

Ángeles a logrado atraparme en una espiral de emociones y misterio que no pensé que ninguna historia ni autora fuesen capaz de conseguir, soy una persona muy sentimental y me emociono con facilidad con las historias que leo habitualmente…

Pero ella, Ángeles, ha conseguido mucho más que emocionarme, me ha desnudado, me he quedado sin protección, ha conseguido que conforme avanzaba la lectura, su historia se fuera filtrando por los poros de mi piel haciendo de mi cuerpo y mi alma su casa…

Un lugar donde habitar no solo durante su lectura, sino, para siempre…

La fuerza de un amor imposible con los daños colaterales de una historia donde todos quedan de alguna manera desprotegidos por un amor no correspondido, es sin lugar a dudas una historia con mucho dolor…de aquel dolor que te tiene con el corazón en un puño y conteniendo la respiración, de aquel dolor que se manifiesta en tu garganta por la contención de las lagrimas aun no derramadas…

La estampa que describe la autora en la historia es pura melancolía, es tan romántica y cálida, que te hace soñar…yo me imaginaba paseando por la orilla del lago cerrando los ojos y respirando esos atardeceres, igual que hacían ellos…

Ángeles, que me has hecho?? Que historia tan bonita que me has regalado, que escritura tan rica, que personajes tan bien definidos y qué manera de trasmitir tantas emociones con palabras.

Has conseguido que me enamore de tu historia y de tus personajes… Ian… Dios… Ian… la magia que le has dado a él, lo hace único por encima de todos. Cuando el ama, yo amo, cuando el sufre, yo siento su dolor…

Elizabeth, ella es la fuerza, la que se aferra a la vida, la que quiere amar y ser amada, la que vive sin querer dejar nada sin sentir, sin saborear…

Ellos dos y su amor son como una melodía, como una canción, ¡sí! de esas que te erizan la piel y la pones una y otra vez hasta que la has memorizado. Ellos dan letra a una canción, solo que ellos, ya tienen su título…”Donde Siempre es Otoño”.

Ángeles, hace poco leí que decías que lo que deseas cuando escribes, es que tus lectoras recuerden tus historias. No solo has conseguido que no olvide tu historia, sino que siempre la llevare guardada en mi corazón.

No creo necesario añadir nada más, se que quien ya la ha leído me entenderá y quien no lo haya hecho no tardara en ir a comprarlo, no por lo que yo diga, sino, porque la historia que nos cuenta Ángeles en su novela, vale con creces leerla y sentirla...

martes, 10 de julio de 2012

Freyja Valkyria en Los archivos del Valhalla

Donde siempre es otoño




Ian O'Connell


Este famoso escritor de novela romántica es un hombre que lo tiene todo. Atractivo, talento, encanto y una vida perfecta. Está prometido con Audrey Standford, hija de un adinerado e influyente abogado. Pero esto no le impide disfrutar en brazos de otras mujeres. Placeres de una noche de la que no queda el recuerdo de nombres ni de caras. ¿Pero que es la infidelidad cuando no hay sentimientos de por medio?
Todos los otoños se refugia en su casa de Crystal Lake para escribir un nuevo éxito, alejándose de la civilización en busca de la tranquilidad y soledad del bosque, y dar rienda suelta a su inspiración.



Elisabeth


Como una sombra se pasea entre los rojizos y marrones tonos del otoño, cerca de la casa de retiro de Ian en Crystal Lake. Con un jersey gris que le queda grande y por cuyas mangas apenas asoman sus delicadas manos. El pelo rubio recogido descuidadamente, parece una ninfa que sale del bosque dejándose mecer por el frío viento de otoño, para después desaparecer sin dejar rastro.
Pero Ian no imagina que Elisabeth guarda muchos secretos, y que se verá tan atraído por ella que terminará metido en un juego que pronto descubrirá que se les escapa de las manos.



Audrey Stanford

La joven y hermosa Audrey es la única hija de uno de los hombres más poderosos. Pertenece a la influyente familia de abogados que van traspasando su poder generación tras generación. Ella ha seguido, como se esperaba, los pasos de su padre. Pero en su caso las intenciones son más nobles, centrandose en aprovechar su formación y también su posición social para ayudar a los más desfavorecidos. Aunque desde el lado más cómodo, claro. Es cariñosa y quiere con locura a Ian, su prometido. Consentida y algo caprichosa, pero con un gran corazón.

Stephen Thompson

Senador de los EEUU. Está haciendo campaña para las próximas elecciones, donde pretende ser candidato a la presidencia.
Su encanto está ganando un aplastante número de votos, a la vez que su atractivo tiene enamorada a la mitad de la población femenina.
Es un buen hombre, simpático, agradable e inteligente. Puede parecer frío y calmado, pero es alguien que daría todo cuanto tiene por proteger aquello que ama.




La opinión de las valkyrias...

No me es fácil reseñar esta novela, me ha impactado tantísimo que he necesitado un par de días para asimilarla, jaja me ha hechizado y me ha hecho sentir muchas cosas. No puedo contar mucho sobre los acontecimientos, ni siquiera los primeros, que son los que provocan que todo se vaya liando liando y liando hasta el punto de que no sabes como desharán el nudo. Es más bonito, al menos en este caso, que lo leáis y os sorprendáis por vosotros mismos.

Donde siempre es otoño es un libro de una intensidad desgarradora. Los sentimientos más humanos, profundos y apasionados, se entremezclan en una baile de poder. Nada es lo que crees, nada es lo que esperas. Empiezas imaginando una historia y cuando cierras el libro has pasado por tantas cosas que parece que hace siglos que comenzaste a leerla. La narración de Ángeles es seductora, con una gusto y una delicadeza a la hora de escribir y de llevarte por su mundo que te enamora al primer párrafo.

Trata cada situación y cada sentimiento con una realidad que corta el aliento, y te metes de tal manera en la piel de los personajes que te es imposible dejar de leer, no puedes parar porque es tal el misterio, son tales las dudas, y es tal el miedo que sientes por los protagonistas, que te arrastra sin remedio a una necesidad casi con vida propia de encontrar solución a todos ellos.


Me ha llamado especialmente la atención la manera es la que siente y plasma la naturaleza, encajando cada estación, y especialmente el otoño, en esta historia. Cada haz de luz, las hojas, la brisa, los árboles...todo tiene su lugar y su similitud con los sentimientos de Ian y Elisabeth. Con escenas tan claras que cierras los ojos y te parece estar viéndolas.

No es la típica historia de amor, este libro nos demuestra la complejidad de los sentimientos humanos, y que cada acción tiene su respuesta, su consecuencia. Somos dueños de lo que hacemos, pero a la vez esclavos de los impulsos, hasta el punto de que Ian deja de ser el dueño de su vida. Arrastrado por un tormento que provocará una sucesión de acontecimientos que jamás imaginó.



Tampoco Ian es el típico protagonista. No digo que esperara al hombre perfecto, pero al ser escritor de novela romántica supuse que se creería al menos las cosas que escribe. ¡Que lejos estaba de la realidad! Pero no os asustéis, a pesar del tipo mentiroso e infiel que nos presentan poco a poco lo vais a ir queriendo y apreciando, incluso puedo decir que despertó en mi cierto sentimiento de protección jaja Como cuando tienes un hijo que tiende a meterse en líos, pero que en el fondo es bueno y tiene sentimientos nobles. Ya me entenderéis cuando lo leáis XD


Por otro lado Elisabeth me ha tenido cautivada desde la primera página. Toda en ella es misterio. Encantadora y sensible. Un personaje precioso del que no puedo contaros más ;)


Resumiendo: Un relato lleno de detalles que se enlazan uno tras otro, de personajes que se quedarán grabados en tu memoria. Una preciosa historia de amor que te dejará sin aliento.

martes, 19 de junio de 2012

Ssil en Lo que quieras leer hoy

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Donde siempre es Otoño no era la historia que yo me esperaba. De nuevo, Ángeles rompe con mis esquemas y nos presenta una novela alejada de tópicos y clichés, empezando por un protagonista muy alejado del  ideal de hombre perfecto al que estamos, quizás, demasiado acostumbrados, y siguiendo con una trama cuya progresión no sigue la línea habitual (la novela está repleta de picos de emoción y es muy difícil parar en algún punto para respirar y coger fuerzas, porque, creedme, son necesarias).


En esta ocasión poco quiero decir sobre el argumento de la historia, no quiero desvelaros mucho porque es una historia que cada lector tiene que descubrir, asimilar e interpretar.

Ian O´Connell parece poseerlo todo: tiene éxito, dinero y fama (es un reconocido escritor de novelas románticas), es atractivo y carismático, y pronto va a casarse con una buena chica de sociedad que le idolatra. Su vida es perfecta, posee todo cuanto desea (incluidas las mujeres) y tiene muy claro cuáles son los senderos por los que su vida va a transcurrir. Pero el destino tiene una opinión distinta sobre esto último, y se lo hará saber con la aparición de Elizabeth Salaya. Ian conocerá a esta misteriosa y bella mujer en Crystal Lake, lugar al que se retira cada año para encontrar inspiración y dar rienda suelta a su pluma, y ella será su musa, dejando una huella imborrable en el alma de este canalla.

Donde siempre es Otoño es una novela distinta, no la encuadraría dentro del género romántico adulto, lo que no significa que no sea una novela romántica. En mi opinión, gran parte de las novelas que se escriben contienen una historia de amor, de una u otra forma. En esta ocasión, vamos a conocer un amor doloroso, difícil, sufrido, que va a desgarrar a los personajes y a nosotros, los lectores.

Ángeles Ibirika se arriesga al colocar como protagonista a un hombre como Ian O´Connell, con un perfil tan poco atractivo (infiel, canalla, cínico…), y pasa con éxito la prueba. Ian será quien lleve todo el peso de la novela, veremos su increíble transformación (la de un hombre que lo tiene todo en la vida y que cuando de verdad desea algo no puede tenerlo), y será él mismo quien nos cuente, abriendo su alma al lector, el duro camino que se ve obligado a tomar por amor, ese amor de novela que según él no existe en la vida real. No os voy a engañar, hubo momentos en los que sentí cierto rechazo por Ian, su forma de actuar y sus principios iban en contra de los míos, pero a medida que pasaba páginas me iba percatando de la transformación que iba sufriendo, empatizaba con él y me ponía de su lado, porque ver a un hombre como él, que ha jugado en tantas camas y con tantos corazones, caer rendido de amor y dejarse el alma y la vida para ser feliz, es cautivador.

Elizabeth Salaya será el gran interrogante de la historia. Poco sabemos de ella, que se muestra esquiva y distante, creando un muro que no permite que accedamos a ella. En muchas ocasiones su comportamiento me ha resultado incomprensible y contradictorio. Me hubiera gustado conocerla un poco más y despejar así muchas de las dudas con las que me he quedado, sobre todo con la ambigüedad que existe en la relación entre ella y un hombre muy importante en su vida.


Los personajes secundarios están también exentos de clichés y son fundamentales para el desarrollo de la trama. Me gustaría destacar aAudrey, la prometida de Ian, una mujer excepcional, bondadosa, cariñosa y todo corazón. He sufrido con ella a lo largo de la historia, sintiendo compasión por el amor tan loco e incondicional que sentía por Ian, injusto merecedor de semejante sentimiento. Edgar, mejor amigo de Ian, es muy parecido a él: un canalla infiel a pesar de estar casado. He tolerado mejor la actitud de Ian que la de Edgar porque Ian es sincero consigo mismo y para él no hay infidelidad si no hay sentimientos implicados, pero Edgar es mucho más cobarde en ese aspecto, y argumenta no poder resistirse a las mujeres.

De nuevo, nos encontramos con otra fantástica ambientación, alejada en esta ocasión a las tierras vascas (aunque con un leve guiño a ellas). Conoceremos Crystal Lake a la perfección, respirando por momentos el mágico ambiente otoñal que envuelve la novela, pero también nos veremos sumergidos en la vorágine que supone la carrera hacia la presidencia americana.

Ángeles tiene una pluma personal y sensible, llega al lector de una manera especial. En esta ocasión, construye una novela compleja, delicada y dura, en la que el amor va de la mano del perdón, la amistad y el dolor, y que nos deja un mensaje esencial: el tiempo es oro y, en cuanto menos te lo esperes, tu vida puede  cambiar por completo, por lo que has de vivir cada segundo al máximo, como si fuera el último.

lunes, 18 de junio de 2012

Oly en Telaraña de libros

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Hace más de un día que terminé de leer este maravilloso libro, y sigo sin encontrar palabras suficientes para expresar todo lo que me ha hecho sentir; algo que me suele ocurrir cuando leo una historia que me ha fascinado de esta manera. La diferencia entre esas novelas y Donde siempre es otoño está en el entendimiento: comprendo las razones por las que me han gustado todos esos libros, ya que están dentro de mis gustos, exigencias y condiciones; lo cual no sucede con Ángeles Ibirika. Ella ha cruzado todos esos límites que suelo poner para leer y disfrutar una novela romántica y, aún así, me ha cautivado cada página, situación, gesto..., todas y cada una de las palabras que forman esta obra. Ha conseguido algo que no había hecho nadie, ninguna autora hasta ahora... Pero para que lo entendáis, os describiré el que para mí es el personaje absoluto: Ian.

Ian O´Connell es un escritor de novelas románticas con una vida maravillosa. Tiene un trabajo que le encanta y una prometida a la que quiere, además de ser guapo, inteligente..., el hombre perfecto. El problema llega cuando le conocemos de verdad, no a la persona que aparenta ser; ahí es cuando descubrimos al cínico, infiel, hipócrita.., que resulta ser.

-Tengo cosas que hacer- señaló, sin dejar de observarla. 
-Como, por ejemplo, organizar tu boda- comentó irónica.  
Ian rió y se sentó en el borde del colchón para ponerse los calcetines.  
-De eso se ocupa mi prometida. 
-¿Sabe ella de tus devaneos? 
-¿Sabe tu pareja de los tuyos? 
-Yo no tengo pareja. ¿Para qué atarme a un solo hombre cuando los puedo tener a todos? 
-No veo dónde está el conflicto. Puedes querer a uno y tener al resto cada vez que te apetezca.
-Eres un cínico.- Se incorporó, arrodillándose tras él-. Escribes maravillosas historias de amor que se venden como perritos calientes con mostaza, donde quien ama preferiría la muerte antes que ser infiel, ¿y me dices eso?
Ésta es precisamente la razón por la que me ha sorprendido tanto la autora. Ha conseguido que sienta empatía por un personajes que es totalmente opuesto a mí, a mis principios... Como digo, muchas autoras lo han intentado y, sin embargo, ninguna lo había logrado. La evolución de Ian es tan real, tan palpable, que llegas a conectar con él de una forma asombrosa. Sus sentimientos a través de la historia se van desarrollando de una manera, con una profundidad, que emocionan y estremecen. Para mí se ha convertido en uno de los personajes más increíbles y creíbles del género -y no me refiero solamente al nacional-.

Esta vez no voy a hacer ningún resumen del libro, de mi boca no saldrá ni una sola palabra que pueda arruinar las sensaciones que el lector va sintiendo según va evolucionando la historia y descubriendo los secretos que esconde este otoño cautivador.

Como suelo hacer en esas ocasiones en las que mis palabras no son suficientes, busco alguna frase que pueda ilustrar aquello que yo no soy capaz de describir:



<< Se habrán dicho muchas cosasse habrán escrito muchos libros, pero mientras tu corazón no lo sientanada sabrás del amor verdadero >>


Bonito, ¿verdad? Pues esperad a leer el libro, y comprender y descubrir de primera mano aquello que intento haceros entender.
Ya que si eso que estaba sintiendo por ella mientras la abrigaba contra su piel no era amor como el que describía en sus novelas, se le parecía tanto que asustaba. [...] ...porque al fin comprendía que se había enamorado de Elizabeth con ese tipo de amor para el que no existe cura ni redención.
Elizabeth será un misterio para Ian, pero también para nosotros. La iremos conociendo poco a poco, entendiendo sus secretos a la vez que él. Por ello en esta ocasión será el protagonista masculino el mejor perfilado; veremos y entenderemos toda la historia desde su perspectiva. Una vista egoísta, hipócrita, cruel..., pero desde el momento en que Elizabeth aparece en su vida, dolorosa, tormentosa, pero sombre todo llena de amor.

Nos encontraremos con giros totalmente inesperados, que nos tendrán pegados a sus hojas durante horas. Una historia que mantendrá la angustia e incertidumbre hasta la última página.

Solo le encuentro una pega, y es precisamente la forma en la que atrapa al lector; no he leído, sino que he devoraba sus páginas... Por ello tendré que hacer una relectura pronto, para poder paladear, saborear despacio todos y cada uno de los momentos de ese otoño perpetuo.

La pluma de Ángeles es increíble, posee un talento que pocas escritoras tienen; parece mentira que esta sea su tercera obra. Espero que Donde siempre es otoño traspase fronteras y pueda ser disfrutado en muchos más países, pero sobre todo, espero poder volver a leer algo de ella pronto.  



sábado, 16 de junio de 2012

Silvia en su blog Detrás del Libro


Primera novela -y no será la última- que leo de Ángeles Ibirika,  Donde siempre es otoño, desde el primer momento en que leí su sinopsis en las novedades de Booket, tuve claro que esa novela tendría que llegar a mis manos porque estaba convencida de que iba a disfrutar y sobre todo a enamorarme de la historia que rodea a unos personajes que sin ninguna duda me han hecho sentir y compartir con ellos el amor y el sufrimiento de éste.
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En la novela nos encontramos tres escenarios, Crystal Lake, Manhattan y Baltimore, éste último en un breve espacio de tiempo donde los personajes principales nos hacen partícipes de una unión, de un amor y un cariño que me cuesta incluso describir. Crystal Lake es donde comienza todo, un escritor que sufre por la pérdida de inspiración para su nueva novela, una mujer desconocida y a la vez atrayente que pasea todos los días por el lago, produciendo una sensación de timidez, soledad y vulnerabilidad que te encoge el corazón y te hace saber que esa mujer que Ian ve cada tarde y que llega a convertirse en la protagonista de su nueva novela tiene mucho que demostrarnos y enseñarnos. Todo comienza ahí, en ese instante en que Crystal Lake  toma posesión de sus vidas sin ellos darse cuenta, sus árboles con colores cálidos, sus aguas cristalinas teñidas del color del cielo, el aire frío que es testigo de sus encuentros y conversaciones mientras agita los cabellos de ambos, dejando el aroma de sus perfumes impregnados en esa brisa que recorre el lugar. Crytal Lake es sencillamente mágico.
Para mí, hay tres personajes principales en esta historia, Ian O´Connell, un joven escritor con carácter cínico y arrollador, un seductor nato cual mujer nunca podría ignorar y un canalla como pocos quedan, sin conciencia alguna sobre sus malos actos. Es un hombre que no cree en el amor que él mismo detalla en sus novelas y enamora a sus lectoras. Pero todo cambia cuando conoce a la mujer que pasea por el lago todas las tardes bajo su atenta mirada. Sin saberlo, Ian va siendo preso de los ojos, las palabras y el corazón de esa joven. Seremos cómplices y testigos del cambio que da cuando se da cuenta de que todo lo que creía hasta ese momento, era simple ignorancia. El sufrimiento que le come por dentro día a día por no saber de ella, por no tenerla cerca y protegida entre sus brazos, por no amarla, por los celos que le recorren cada centímetro de su cuerpo al verla acompañada públicamente por otro hombre. Es totalmente real las reacciones, los sentimientos, el sufrimiento y la pasión que desprende este personaje y que nos hace comprenderlo y acompañarlo sin aburrirnos en todas las páginas.
La segunda protagonista de esta bella historia es Elizabeth Salaya, una mujer que posee un gran secreto y una gran belleza, tanto humana como física. Al principio no la entenderemos, nos preguntaremos muchas cosas sobre ella, ¿qué esconde?, ¿por qué huye o desaparece cada vez que puede?. Pero todo tiene una explicación al final de la novela. Aunque no la comprendiera desde un principio, es un personaje que gusta y que entiendes y compartes con ella en muchas formas de ver la vida y el amor -al menos así lo hice yo-. Es inteligente, capaz de responder cualquier cinismo proveniente de Ian, orgullosa, luchadora, fuerte y a la vez frágil, incluso hubieron veces que creía que si se la lastimaba un poco podría romperse en pedazos, pero no, es una mujer digna de admirar y digna de poseer el amor de un hombre como Ian.
Y por último pero no menos importante, el tercer protagonista principal de esta historia de amor es el otoño. Personalmente nunca ha sido una de mis estaciones favoritas del año, pero después de leer esta preciosa novela, de leer los detalles tan bien cuidados y hermosos que la autora dedica a esta estación, siento que el otoño es la estación más bonita de todas, así es la magia que desprende Ángeles Ibirika con su pluma.
El estilo que la autora utiliza en su escritura es intachable e incuestionable. Su narración es en tercera persona  y a diferencia de la mayoría de los RA, el personaje al que más le da incapié y el que nos enseña cada sentimiento de amor, desconfianza, celos y temor es Ian O´Connell. En breves párrafos también nos hace ver a Elizabeth y sus pensamientos, pero es en un plano inferior al de Ian. Los personajes secundarios no resultan indiferentes, están muy bien cuidados y detallados, dejándonos incluso conocerlos en la medida justa y tener una opinión exacta de ellos. El tema de la política en esta historia me parece muy acertada, conoceremos las artimañas más sucias, lo que es capaz de llegar una persona por optar a lo más alto de ese mundillo y el trabajo que supone a los miembros que lo acompañan para llegar a la cima junto con el hombre en el que creen. También quería decir -aunque me da vergüenza admitirlo- que esta autora ha hecho que leyendo sus palabras, acabara llorando y sollozando como una niña pequeña. Para mí, cuando una persona es capaz de hacerme llorar tan sólo por leer lo que ha escrito, merece todos mis respetos y admiración, porque no es nada fácil lograrlo. Gracias por eso.
En esta reseña no pondré lo mejor ni lo peor como en otras ocasiones, sencillamente porque el libro Donde siempre es otoño, desde la primera a la última página, es maravilloso y solo puedo decir: Ángeles Ibirika, bienvenida a mi estantería, es un placer leerte.

Citas:
Había desplegado sus mejores armas para seducirla y ahora tenía la amarga sensación de que el seducido había sido él.
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El amor de las novelas no existe en la vida real. Y es una suerte que sea así. - Volvió la cabeza y la miró por encima del hombro. - ¿Imaginas lo que ocurriría si amaras a alguien con tanta fuerza que no pudieras respirar sin tenerlo al lado y que contaras cada segundo que te quedara para verlo? ¡Dios, no! Te devoraría la angustia.
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Cada segundo que respiramos es un tesoro que la mayor parte del tiempo no sabemos apreciar. Tú y yo nos hemos bebido la vida a tragos, sin saborearla. Deberíamos comenzar a disfrutar de cada latido como si fuera el último. O, mejor aún, como si fuera el primero del resto de nuestra existencia.


Valoración personal: