lunes, 22 de octubre de 2012

Elena en La estación de las letras


Elena en La estación de las letras




OPINIÓN PERSONAL

¿Alguna vez has sentido que se te desgarra el alma leyendo una historia de amor? ¿Si? tal vez, ¿no?

Yo sin duda alguna después de leer “Donde Siempre es Otoño” de Ángeles Ibirika, Si…

No me va a resultar fácil describir con palabras todas las emociones y sentimientos que he sentido,

“Donde Siempre es Otoño” ha sido la primera novela que leo de la autora y no será la última.

Ángeles a logrado atraparme en una espiral de emociones y misterio que no pensé que ninguna historia ni autora fuesen capaz de conseguir, soy una persona muy sentimental y me emociono con facilidad con las historias que leo habitualmente…

Pero ella, Ángeles, ha conseguido mucho más que emocionarme, me ha desnudado, me he quedado sin protección, ha conseguido que conforme avanzaba la lectura, su historia se fuera filtrando por los poros de mi piel haciendo de mi cuerpo y mi alma su casa…

Un lugar donde habitar no solo durante su lectura, sino, para siempre…

La fuerza de un amor imposible con los daños colaterales de una historia donde todos quedan de alguna manera desprotegidos por un amor no correspondido, es sin lugar a dudas una historia con mucho dolor…de aquel dolor que te tiene con el corazón en un puño y conteniendo la respiración, de aquel dolor que se manifiesta en tu garganta por la contención de las lagrimas aun no derramadas…

La estampa que describe la autora en la historia es pura melancolía, es tan romántica y cálida, que te hace soñar…yo me imaginaba paseando por la orilla del lago cerrando los ojos y respirando esos atardeceres, igual que hacían ellos…

Ángeles, que me has hecho?? Que historia tan bonita que me has regalado, que escritura tan rica, que personajes tan bien definidos y qué manera de trasmitir tantas emociones con palabras.

Has conseguido que me enamore de tu historia y de tus personajes… Ian… Dios… Ian… la magia que le has dado a él, lo hace único por encima de todos. Cuando el ama, yo amo, cuando el sufre, yo siento su dolor…

Elizabeth, ella es la fuerza, la que se aferra a la vida, la que quiere amar y ser amada, la que vive sin querer dejar nada sin sentir, sin saborear…

Ellos dos y su amor son como una melodía, como una canción, ¡sí! de esas que te erizan la piel y la pones una y otra vez hasta que la has memorizado. Ellos dan letra a una canción, solo que ellos, ya tienen su título…”Donde Siempre es Otoño”.

Ángeles, hace poco leí que decías que lo que deseas cuando escribes, es que tus lectoras recuerden tus historias. No solo has conseguido que no olvide tu historia, sino que siempre la llevare guardada en mi corazón.

No creo necesario añadir nada más, se que quien ya la ha leído me entenderá y quien no lo haya hecho no tardara en ir a comprarlo, no por lo que yo diga, sino, porque la historia que nos cuenta Ángeles en su novela, vale con creces leerla y sentirla...